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El Nu Shu era un lenguaje exclusivamente femenino utilizado por las chinas para compartir su dolor y expresar apoyo y esperanza sobre el mundo en que vivían. Era un lenguaje bálsamo y liberador.

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7 jun 2009

Doblaje y ultraje

Los fines de semana, tras la comida, pongo la tele en busca de un rato de cine. Casi todo lo que echan lo he visto antes, incluso los telefilmes, por lo que revisito escenas ya conocidas. Hoy me he quedado con Notting Hill, protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant (aunque el mejor personaje, el de compañero cafre, lo borda Rhys Ifans). Pero esta vez ha sido como ver una película distinta, por obra y gracia de los subtítulos, puesto que la he visto en versión original.

No recuerdo todas las perlas, pero ha sido un festival. Aquí van algunas:
  • Jane Austen, la conocida escritora, es en la versión subtitulada James Ostin.
  • La expresión mecachis se convierte en Me "cachis" y no una, sino varias veces.
  • Los actores creen que se van a comer un brownie, un postre de chocolate, pero en realidad saborean un brauni.
  • El personaje más famoso de Rita Hayworth (a estas alturas asombrosamente bien escrito) es, según los subtítulos, Hilda y no Gilda.
  • El actor Patrick Swayze es rebautizado como Patrick Suawis.
  • La actriz Meg Ryan, como Meg Raian.
  • Y, cuando uno de los personajes usa la expresión francesa "C'est la vie", la subtituladora lo convierte en "Se la vi".
Pues sí, yo también se la vi, una tras otra. Y lo que más me asombra es que después de tal escabechina la subtituladora no tenga reparo en que su nombre salga en los créditos.

30 mar 2009

Testificar con los testículos

"El verbo testificar deriva del gesto romano de agarrarse los testículos para dar palabra de hombre"
Lo explica José Miguel Carrillo de Albornoz, coleccionista de anécdotas históricas, en La Contra de La Vanguardia a raíz de la publicación de su libro Las hemorroides de Napoleón (Styria). Los papas también debían debían exhibir sus testículos ante el cardenal camarlengo, que así testificaba su masculinidad.

Si nos contaran la historia con todas sus anécdotas, recordaríamos muchas más cosas. Como que fornicar deriva de fornix, parte interior del arco, puesto que bajo arcos como los del Coliseo se practicaba el comercio sexual.

O que Napoleón no pudo supervisar sus tropas la mañana de la batalla de Waterloo porque tenía un insufrible dolor de hemorroides. Y tal vez por eso falló en la estrategia y perdió.

La historia es la vida vista retrospectivamente. Y la vida no son factores socioeconómicos y demográficos. Es un montón de pequeñas y grandes circunstancias.

17 mar 2009

'Copito de nieve' me arregla el baño

Tras meses de pleitear con la aseguradora por una humedad proveniente del baño, hemos comenzado las obras. No sé todavía si me pagarán, ni cuanto, ni cuando; pero ante el riesgo de que la filtración pudra medio techo, hemos incorporado al sector de la construcción en nuestro día a día. Ahí estamos, contribuyendo a que el sector no se hunda.

Cansada de bregar con todo, me preparaba psicológicamente para vivir durante unas semanas bajo una capa de polvo. He envuelto en plásticos media casa. Pero mi albañil es un ser generoso. En lugar de abrir la puerta y dejar que la casa se enharinara, la cerró a cal y canto, puso el extractor y estuvo horas dando porrazos a las paredes y al suelo, derribando hasta el último azulejo.

Cuando abrí la puerta, una niebla blanca y espesa ocultaba el baño. Al cabo de unos segundos, apareció mi albañil, cual 'Copito de nieve', aquel ser albino que reinaba en su jaula. Allí plantado, empolvado como un rosco de anís, con las pestañas blancas, me enterneció. "Pero, hombre, que se va a asfixiar". "No importa, estoy acostumbrado, que yo sé que este polvo cuesta mucho de quitar y se mete por todos lados".

Me sentí enormemente afortunada por encontrar a alguien que hace lo mejor para los demás, no lo mejor para sí mismo.

(Hoy me he montado el despacho en la biblioteca pública, porque una cosa es convivir con el polvo y otra con un percutor durante todo el día).

9 feb 2009

El hombre de los seis dedos

Hasta ahora sólo había visto una persona con seis dedos y era un personaje cinematográfico: el malo de La Princesa prometida. El malvado al que busca Íñigo Montoya para vengar la muerte de su padre y al que repite una y otra vez como un mantra antes de matarle:
"Hola. Mi nombre es Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir."
Pero el otro día en el tren estaba sentado delante mío un hombre leyendo. Con una mano sostenía el libro y con la otra se acariciaba la yema de sus dos dedos pulgares. Tenía una falange primera a partir de la cual surgían dos falanges segundas, con sus yemas y sus uñas.

Le miré a la cara y no parecía malévolo. Sólo llevaba su diferencia de un modo más visible que los demás.

11 jun 2008

Más que fútbol

Hace unos días que quería escribir esto, pero el tiempo se me escurre.

Muy a menudo, encuentro lo mejor del diario en la sección de cartas al director. Un lector contaba en una carta publicada en El Periódico de Catalunya lo que ocurrió en un partido de fútbol de alevines. Uno de los equipos sólo tenía 10 jugadores, por lo que dejaron salir a un niño de seis años, hermano de otro jugador, que se moría por jugar.

"Desentonaba por la diferencia de estatura, pero eso no le importó al chiquitín para correr detrás de la pelota, aunque nunca llegaba a tiempo. Poco a poco, los jugadores de su equipo se dieron cuenta de las ganas que le ponía y empezaron a jugar para él. Creaban buenas jugadas y, cuando estaban a punto de meter un gol, le pasaban la pelota.

Robert hacía lo que podía, pero le era imposible superar a los defensas. Aquí empezó lo más bonito del partido y de la temporada. Los niños del equipo contrario se dieron cuenta y también empezaron a jugar para Robert.

En una jugada que llevaba la pelota el valiente delantero, los defensas empezaron a caerse y el pequeño futbolista llegó ante el portero, al que batió sin que se notara su colaboración. Todos gritaron gol. Incluso los contrarios, que corrieron a abrazar a Robert. Los jugadores de ambos equipos se abrazaron juntos aupando al pequeño.

Gracias AE Roses por hacer inmensamente feliz a un niño de 6 años. Y gracias a los niños que jugasteis aquel partido, porque disteis un espectáculo que va más allá de la mera deportividad. Demostraron que en un terreno de juego se puede hacer algo más que ganar, perder o empatar. Se pueden compartir ilusiones, cosa que muchas veces los adultos no entienden y estropean."
La carta está disponible en la web del diario.

3 mar 2008

La épica del maratón

Mi pareja corrió ayer el Maratón de Barcelona. Fue su primera vez. Y como tantas primeras, qué nervios, qué emoción, qué incerteza. Correr hasta la extenuación, cuando las piernas no quieren seguir, tu corazón te suplica un receso, tu sentido común te dice que debes parar. Pero no. Porque correr 42 kilómetros es desafiar todo eso e imponer la voluntad. Se llega porque se quiere llegar. Y por eso, cruzar la meta es cruzar la frontera entre lo que se puede y lo que se quiere hacer.

Después vendrán o no más maratones, pero ninguna será como la primera vez. Porque esas ocasiones te llevan a lugares desconocidos, diluyen barreras mentales y emocionales. Felicidades.

La crónica en primera persona.

8 feb 2008

Cine en Bryant Park

Uno de mis momentos mejores de cuando viví en Nueva York fue disfrutar del cine al aire libre en Bryant Park. Desde horas tempranas el césped se va ocupando de mantas que guardan el espacio. Sus ocupantes se llevan el picnic y convierten el cuadrilátero en el punto de encuentro de los amigos, que van llegando poco a poco. Así pasa la tarde. La espera es parte de la experiencia, que llega a su cénit con la visión de la película, un clásico del cine con el que se interactúa colectivamente. La gente grita, ríe a carcajadas, canta. Lo importante no es la película, es cómo se vive.

1 feb 2007

Llamadas en el aire

Si utilizar un móvil o un aparato electrónico durante un vuelo puede interferir en el sistema de comunicación del avión, ergo en la seguridad del viaje, ¿por qué no se instala alguna tecnología que lo evite? Pedirlo por favor no parece ser muy efectivo.

Hace poco mientras el avión en el que viajaba descendía en busca de la pista de aterrizaje, a un viajero le sonó el móvil y estuvo un rato respondiendo a la llamada pacientemente. La charla puso histórico a más de un pasajero pero nadie de la tripulación pareció darse cuenta ni hizo nada por evitarlo. El avión no se estrelló, afortunadamente, o no estaría yo escribiendo esto. El tipo fue poco sutil, pero me consta que hay muchos otros que sí lo son y mientras están trabajando con sus agendas electrónicas también están respondiendo y enviando mensajes. O lo de las interferencias es un camelo o uno de estos días se despachurra un aparato por irresponsabilidad de viajeros, pero sobre todo, de las compañías.

29 dic 2006

Hay gente ahí que oye mi susurro

Veo en eCuaderno, el blog de José Luis Orihuela, una selección de 30 blogs elaborada por él mismo junto a los autores de Blogpocket y La brújula Verde, en la que está Mi Nu Shu. Es una agradable sorpresa, sobre todo porque, como comentaba en eCuaderno, para mi este blog es como susurrar en una plaza llena de gente. No pretendo hacerme oír sino sólo no tragarme mis palabras.

Felices fiestas.

21 dic 2006

Pasión lectora

Estos días, totalmente sumergida en un proyecto grande y mil pequeños, casi no me queda tiempo para viajar mentalmente a otros mundos. El viaje mental es para mi una necesidad vital. Puede ser un recuerdo de algo ya vivido o una fantasía de una vida que no tendré. Da igual. Lo que importa es tener más vida que la que me permiten sólo mis sentidos. Cuando estoy tan regida por los ritmos cotidianos, el único viaje mental que puedo mantener es el de la lectura. Afortunadamente, estoy leyendo La mujer justa, de Sandor Marai. Ayer, en ese momento de espera superpoblada que se vive cuando el avión aterriza y todos los pasajeros están ya preparados para descender, un hombre vio mi libro.
- ¿Te gusta?
- Sí, mucho.
- A mí me encantó.


Comenzamos a salir. Se le quedaron en la boca un montón de cosas que decir pero no hacía falta. Estoy leyéndolo y comparto la pasión lectora, ese código secreto de los viajeros mentales.