"El verbo testificar deriva del gesto romano de agarrarse los testículos para dar palabra de hombre"Lo explica José Miguel Carrillo de Albornoz, coleccionista de anécdotas históricas, en La Contra de La Vanguardia a raíz de la publicación de su libro Las hemorroides de Napoleón (Styria). Los papas también debían debían exhibir sus testículos ante el cardenal camarlengo, que así testificaba su masculinidad.
Si nos contaran la historia con todas sus anécdotas, recordaríamos muchas más cosas. Como que fornicar deriva de fornix, parte interior del arco, puesto que bajo arcos como los del Coliseo se practicaba el comercio sexual.
O que Napoleón no pudo supervisar sus tropas la mañana de la batalla de Waterloo porque tenía un insufrible dolor de hemorroides. Y tal vez por eso falló en la estrategia y perdió.
La historia es la vida vista retrospectivamente. Y la vida no son factores socioeconómicos y demográficos. Es un montón de pequeñas y grandes circunstancias.
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