Un
nuevo estudio insiste en la evidencia y la inminencia del cambio climático. No ocurrirá después de que nuestros nietos hayan muerto, ni nuestros hijos, ni nosotros. Será antes, será ya. África será un desierto. Mientras, el océano Pacífico aumenta su nivel. El mar ha engullido ya atolones sin habitar pero comienza a
inundar islas habitadas, como Tuvalo, Kiribati y algunas de las islas Maldivas, que pueden desaparecer en 50 años. Sus habitantes integrarán una nueva clase de refugiados, los refugiados ecológicos, aquéllos que han de emigrar porque los desmanes contaminantes del mundo desarrollado han desequilibrado el entorno. Son sólo los primeros.
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