El Paraíso no se puede construir porque no es un lugar. Pero hay quien cree que el Paraíso se puede
edificar con cemento y mucho ribete dorado. Si la aventura es un parque temático de cartón piedra, entonces el paraíso es una isla artificial en la costa de Dubai. Miles de hectáreas para millonarios que se aíslan de la sucia realidad del mundo en urbanizaciones flotantes, en las no puedan encontrarse con nadie con menos ceros en su cuenta. El futbolista David Beckham ya tiene su parcela apalabrada. Es éste un paraíso
voraz y aniquilador, que ha destruido la vida marina a sus pies, ha alternado las corrientes, ha erosionado las playas y ha creado un poso de lodo a miles de millas a su alrededor. Es el paraíso, de lo kitch, la soberbia y la inconsecuencia.
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