No me gustan las fronteras, los límites, las vallas, los muros. No me gustan los superlativos, ni los mejores, ni los más.
No me gustan porque son mentiras. No hay una línea de puntos que separe un árbol de otro, ni hay cualidades que pongan a nadie sobre la cima del resto.
No me gustan porque excluyen y separan, porque levantan falsas realidades sobre la que construir diferencias, sobre la que cimentar envidias y rechazo.
Sólo las emociones nos unen. Es una verdad. Ni la mejor, ni la más, ni la única, pero cierta.
En esta entrevista no hay humanos (podcast #45)
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Hace 1 mes
2 comentarios:
Hablamos el mismo lenguaje de la vida.
Completamente de acuerdo.
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