Anoche volví a ver Orgullo y prejuicio. Es curioso ver cómo funciona la estrecha relación entre la contención y el magnetismo. Cuanto más subterránea es la pasión más intensa se presenta. La escena del roce de manos cuando Mr. Darcy ayuda a Lilly Bennet a subir al carruaje me recuerda a aquella otra de La edad de la inocencia, en la que quitar un guante era como un desnudo integral.
También es curioso ver cómo la puesta en escena añade intensidad a un fragmento. Éste es el fragmento de la película de Joe Wright.
Y éste es el de la misma declaración pero en la miniserie de la BBC (1995): Pride and Prejudice: Professing Love
En esta entrevista no hay humanos (podcast #45)
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Hace 5 semanas
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