"[La naturaleza] dispone el alma en el cuerpo que forma [el niño]; esto es, el alma de la madre, que primero construye en el vientre la forma del hombre y, en su debido momento, despierta el alma que lo habitará. Al principio permanece latente y bajo la tutela del alma de la madre, quien la nutre y la vivifica a través del cordón umbilical, con todas sus partes espirituales, y esto ocurre porque el ombligo está unido a la placenta y los cotiledones, a través de los que el niño está aunado a su madre. Esta es la razón por la que un deseo, un antojo, un susto o cualquier otro padecimiento mental en la madre influyen más en el niño que en la propia madre"
En esta entrevista no hay humanos (podcast #45)
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Hace 1 mes
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