Aprendemos muchas cosas útiles para nuestra vida exterior y muy pocas para la interior. Una de las más importantes es dar gracias. No siempre es necesario hacerlo en voz alta para que todo el mundo lo oiga. Basta con sentirlo profundamente para que llegue a los oídos de la tierra. Dar gracias por despertar de nuevo. Dar gracias por tener voz. Dar gracias por las manos expertas del cirujano. Por su trato y por su tacto. Dar gracias por tener una familia que es siempre familia en los ratos buenos y en los no tan buenos. Por estar ahí. Por tener amigos que te acompañan. Por sentir su calor. Dar gracias por tener un compañero de viaje incondicional. Con un amor que supera los miedos más abisales. Gracias a la vida que se manifiesta en gestos diminutos, en pensamientos profundos y en emociones intensas, desde la puerta de al lado o desde miles de kilómetros. A todo eso doy gracias.
1 comentario:
es de bien nacidos... ser agradecidos ;-)
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