El naturalista australiano Steve Irwin ha muerto. Estaba sumergido en las aguas de la Gran Barrera de Coral cuando el aguijón de una raya le atravesó el pecho. Hace sólo unos días yo nadaba también, bueno flotaba como una boya con el chaleco salvavidas, sobre esa extraordinaria muestra de vida, entre peces de colores y corales de todos los tonos imaginables.
Sólo unos días antes, en el monte Uluru (también conocido como Ayers Rock) una pareja de australianos nos recomendaba visitar el Australian Zoo gestionado por Irwin, un personaje famosísimo en Australia y también popular en el resto del mundo por la difusión de sus documentales. Era ese tipo que le tiraba de la cola a los cocodrilos y que hace unos meses se acercó a dos palmos de uno con su hijo de un mes en una mano y carne para el bicho en la otra.
Irwin tenía una gran sentido del espectáculo y del negocio y unía ambos con el objetivo de proteger la vida salvaje. Pero su estilo ha sido criticado por otros, que consideraban que no respetaba el espacio vital de los animales. Sin duda, se acercaba demasiado.
En esta entrevista no hay humanos (podcast #45)
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Hace 1 mes
1 comentario:
Lo extraordinario es ganarse la vida molestando a lagartos peligrosos y perderla con una pacífica raya...
(Buen retorno.)
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