Una expedición científica acaba de
descubrir en la jungla de Nueva Guinea una zona que ningún hombre blanco había pisado antes y en la que viven decenas de especies de animales y vegetales no archivados y algunas que se daban por desaparecidas, como el ave del Paraíso (
Parotia berlepschi). Es un trozo de biodiversidad desconocido. La duda es si este descubrimiento una suerte o una desgracia para esa fauna y flora. ¿Servirá conocerlos para conservarlos?
La actividad humana perjudica el entorno. "Cuando un ecosistema se empobrece en especies, disminuye su capacidad de adaptación ante los cambios. Un ejemplo ha sido la capacidad de respuesta ante el tsunami en las costas asiáticas, en donde los tramos con bosques de manglares bien conservados sufrieron un impacto infinitamente menor que las costas transformadas",
asegura Purificación Canals, vicepresidenta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
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