Bienvenido a minushu, donde encontrarás personas, proyectos y relatos que hacen del mundo un lugar mejor.

El Nu Shu era un lenguaje exclusivamente femenino utilizado por las chinas para compartir su dolor y expresar apoyo y esperanza sobre el mundo en que vivían. Era un lenguaje bálsamo y liberador.

23 feb 2009

Esperando a Machinarium

Amanita Design lleva tiempo trabajando en un proyecto de envergadura, en un juego llamado Machinarium. Para ir haciendo boca y generar expectativas van dando pistas de los avances. Éste es un vídeo del interfaz:


Machinarium Preview 02 from Amanita Design on Vimeo.

19 feb 2009

Propósito interior y propósito exterior

Todos tenemos un propósito interior, una fuerza creativa que da sentido a nuestra vida. Pero no todos lo sabemos, ni somos conscientes. Y aún así, sólo conectando con ella podemos ser en mayúsculas. Pero la mayoría andamos ignorantes de nuestro propósito, porque hemos ahogado esa pulsión vital adquiriendo otras prestadas. Nos convencemos de que estas nuevas son útiles, porque la sociedad las valora, y es lo que hay que hacer. A ello dedicamos nuestras energías. Nos lo creemos hasta identificarnos con ellas, nos vestimos con una identidad prestada que hace crecer el ego, pero no nos aporta paz. Y seguimos buscando aquí y allá algo que nos haga sentir mejor, ya sea un trabajo, una persona, un reconocimiento. Buscamos fuera lo que sólo se encuentra dentro. Porque cuando uno intuye cuál es su propósito interior y sintoniza con él, la vida es el mejor viaje. Entonces todo lo externo, trabajos, personas, experiencias se dotan de un profundo sentido.

Por aquí seguimos intentando sintonizar. Parece que últimamente la frecuencia se coge algo mejor.

Es en esencia El Elogi de viure

9 feb 2009

El hombre de los seis dedos

Hasta ahora sólo había visto una persona con seis dedos y era un personaje cinematográfico: el malo de La Princesa prometida. El malvado al que busca Íñigo Montoya para vengar la muerte de su padre y al que repite una y otra vez como un mantra antes de matarle:
"Hola. Mi nombre es Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir."
Pero el otro día en el tren estaba sentado delante mío un hombre leyendo. Con una mano sostenía el libro y con la otra se acariciaba la yema de sus dos dedos pulgares. Tenía una falange primera a partir de la cual surgían dos falanges segundas, con sus yemas y sus uñas.

Le miré a la cara y no parecía malévolo. Sólo llevaba su diferencia de un modo más visible que los demás.